lunes, 2 de junio de 2008

CRIPTOLOGIA

La criptología es el estudio de los criptosistemas: sistemas que ofrecen medios seguros de comunicación en los que el emisor oculta o cifra el mensaje antes de transmitirlo para que sólo un receptor autorizado (o nadie) pueda descifrarlo. Sus áreas principales de interés son la criptografía y el criptoanálisis, pero también se incluye la esteganografía como parte de esta ciencia aplicada. En tiempos recientes, el interés por la criptología se ha extendido también a otras aplicaciones aparte de la comunicación segura de información y, actualmente, una de las aplicaciones más extendidas de las técnicas y métodos estudiados por la criptología es la autenticación de información digital (también llamada firma digital).

Coloquialmente, se consideran erróneamente los términos encriptar y cifrar como sinónimos, al igual que sus respectivas contrapartes, desencriptar y descifrar, pero no ocurre lo mismo con el término codificar. No obstante, se debe utilizar el término cifrar en vez de encriptar, ya que se trata de un anglicismo de los términos ingleses encrypt y decrypt. Por definición codificar significa expresar un mensaje utilizando algún código, pero no necesariamente de forma oculta, secreta o inenteligible; escribir en idioma español implica el uso de un código, que será comprensible para los hispanohablantes pero no tanto para quienes no dominan el idioma; la matemática y la lógica tienen sus propios códigos, y en general existen tantos códigos como ideas.

El procedimiento utilizado para cifrar datos se realiza por medio de un algoritmo al cual se le puede considerar como una función matemática. Por lo tanto, un algoritmo de cifrado es una fórmula para desordenar una información de manera que ésta se transforme en incomprensible, usando un código o clave (en ocasiones, más de una). Los mensajes que se tienen que proteger, denominados texto en claro, se transforman mediante esta función, y a la salida del proceso de puesta en clave se obtiene el texto cifrado, o cifrograma. En muchos casos, existe un algoritmo de descifrado encargado de reordenar la información y volverla inteligible, pero no siempre es así. Cuando existen ambas funciones, una para cifrar y otra para descifrar, se dice que el sistema criptográfico es de dos vías o reversible (a partir de un mensaje en claro se puede obtener uno cifrado y a partir de éste se puede obtener el mensaje original), mientras que cuando no existe una función para descifrar se dice que el sistema es de una sola vía (a partir de un mensaje cifrado no es posible obtener el mensaje en claro que lo generó; la aplicación de esto es, por ejemplo, para el almacenamiento de contraseñas).

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